Desvíos, trabajos reversibles, recapeos y una actividad constante son el panorama que se vive en la carretera hacia Puerto Quetzal, mientras la construcción de la nueva Autopista Escuintla-Puerto Quetzal progresa a pasos agigantados. ¿Cómo avanza este ambicioso proyecto?
Luego de que el Gobierno aprobara el Estudio Definitivo de Ingeniería, los trabajos iniciaron oficialmente el 13 de julio de 2024. La empresa Convía, concesionaria de la ruta por 25 años, ha desplegado dos frentes de trabajo principales: uno en el kilómetro 62 y otro en el 84.
Armando Salas, gerente general de Convía, explicó que la obra implica una renovación completa: “Vamos a cambiar todo el concreto por asfalto y construiremos distribuidores nuevos, retornos, estaciones de pesaje y dimensión, paradas de buses y un mercado de frutas”. Además, se rehabilitarán tuberías, pasos de ganado y en algunos tramos la carretera será ampliada a tres carriles.
Avances y objetivos
En el kilómetro 62, el puente Limoncillo fue demolido para reforzar su estructura y ampliar su capacidad. Mientras tanto, en el tramo del kilómetro 84 al 91, se instalan tuberías de drenaje transversal y se rehabilitan pasos de ganado. En total, se colocarán 150 tuberías de drenaje y se construirán o rehabilitarán 16 pasos de ganado a lo largo del recorrido.
La cinta asfáltica está programada para comenzar a aplicarse en el primer trimestre de 2025.
Esperamos que a finales de diciembre o principios de enero entren las empresas encargadas de los preliminares para transformar el concreto en asfalto. Es un reto enorme, pero estamos comprometidos a cumplir con los plazos”
agregó Salas.
El proyecto incluye la construcción de siete distribuidores, carriles de aceleración, pasarelas, mejoras en la señalización y la iluminación, así como la instalación de cámaras de seguridad y estaciones de control para vehículos pesados. Con una inversión estimada de USD 140 millones (Q1,076 millones), se espera que la autopista modernice el transporte en la región.
Retos y mantenimiento temporal
Aunque el proyecto avanza, automovilistas han expresado molestia por las condiciones actuales de la carretera. Convía ha implementado un programa de bacheo temporal, iniciado en noviembre, con una duración de seis meses para garantizar la transitabilidad mientras se completan los trabajos.
Por ahora, el cronograma enfrenta retos menores. Salas admite que “ningún proyecto se ejecuta como reloj suizo”, pero confía en solventar los retrasos con turnos extendidos. La concesionaria tiene como meta finalizar la obra en un plazo de 24 meses, tras lo cual se comenzará a cobrar un peaje de Q15 para vehículos livianos y Q15 por eje para transporte pesado.
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