Me levanté a las 6 de la mañana con la intención de arrancar el día con energía. Como muchos guatemaltecos, pensé que una rápida parada en McDonald's para comprar un Egg McMuffin sería la opción ideal.
Después de todo, siempre he disfrutado de su café, o al menos eso creía hasta hoy.
Cuando llegué, el menú mostraba los precios de siempre, aunque más altos de lo que recordaba.
Aun así, pedí mi desayuno habitual: Egg McMuffin con café y jugo de naranja.
Pero al recibirlo, mi frustración empezó a crecer.
Me ofrecieron agrandar el jugo por 5 quetzales más
Primero, noté que el café que me dieron era más pequeño de lo que esperaba.
Bueno, al menos debe estar bien lleno",
pensé.
Sin embargo, cuando lo abrí para endulzarlo, me llevé la sorpresa de que estaba a la mitad.
¿Cómo es posible pagar tanto por medio café? Luego, el jugo... apenas me sirvieron 5 onzas, una cantidad minúscula considerando el precio.
Claro, me ofrecieron agrandar el jugo por 5 quetzales más, pero ya estaba bastante molesto.
Tome video como una prueba de lo que me paso:
Decidí no dejarlo así
Para asegurarme de que no estaba siendo injusto, fui a una gasolinera Shell cercana y pedí un café del mismo tamaño que en McDonald's.
Al compararlos, la diferencia era evidente. El café de Shell era considerablemente más grande, y lo mejor: el precio era el mismo.
Esta experiencia me hizo pensar en lo que realmente estamos pagando.
¿Es justo que productos tan caros no cumplan con las expectativas?
Quizás sea momento de replantear nuestras opciones cuando se trata de desayunar fuera de casa.
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