Muchos niños se quedaron vestidos y alborotados porque sus maestros estaban en la capital participando de una marcha. Los padres, de una manera responsables, se los llevaron de vuelta a casa, porque sus catedráticos les importó dejarlos con deseos de aprender en un lunes de Mayo.
Los niños y niñas en muchos casos ha desertado de sus escuelas, porque solamente llegan a perder el tiempo y los maestros ni siguiera avisan de la suspensión de clases. Esto constituye un problema porque se ve afectado el futuro de nuevas generaciones y como dice un dicho: "el tiempo perdido hasta los santos lo lloran".
Algunos estudiantes pueden sentirse afectados al ver que su educación se pausa por razones ajenas a ellos. Esto puede generar incertidumbre sobre su futuro escolar, sobre todo si las protestas no tienen sentido para ellos y los sindicalistas no buscan mejoras en las escuelas, pero sobre todo en el pensún de estudios.







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