Las estadísticas oficiales muestran una disminución tanto en los homicidios cometidos con armas de fuego como en aquellos perpetrados con armas blancas
Estos registros representan los niveles más bajos desde 2015, en contraste con los períodos anteriores, donde la violencia alcanzaba cifras más alarmantes.
Comparando con el mismo período de 2015, cuando se reportaron 965 homicidios por arma de fuego y 121 por arma blanca, los datos de 2024 reflejan una marcada reducción, con 467 y 47 casos respectivamente.
Aunque estos avances son alentadores, Walter Menchú, especialista en seguridad del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), señala que aún persisten desafíos por superar.
Por otro lado, existe una preocupación respecto a que las estadísticas del MINGOB no abarcan todos los homicidios, limitándose únicamente a aquellos perpetrados con armas de fuego o blancas. Esto sugiere que la realidad podría ser aún más compleja de lo que indican las cifras oficiales.
Lizandro Acuña, experto del Instituto de Análisis de los Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos (Ipnusac), destaca que, si bien la tendencia a la baja es alentadora, la percepción de violencia entre los guatemaltecos no ha disminuido.
Es crucial abordar otros problemas relacionados con el crimen organizado, como el narcotráfico y el desarrollo criminal de las pandillas, que continúan generando preocupación en la ciudadanía debido a las extorsiones y los robos armados.
A pesar de los desafíos, Acuña valora positivamente que el gobierno actual haya retomado la divulgación de estas estadísticas, que durante la administración anterior habían dejado de ser de conocimiento público.
Este compromiso con la transparencia y el enfrentamiento directo a la violencia refleja un paso fundamental en el camino hacia una sociedad más segura y pacífica, según el análisis del analista.
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