
La Catedral Metropolitana de Santiago, ubicada en la Plaza Mayor de la Ciudad de Guatemala, es una de las construcciones religiosas más emblemáticas del país.
Su primera versión fue erigida en 1543 tras el traslado de la capital al Valle de la Ermita, pero los terremotos de 1773 y 1917 obligaron a reconstrucciones parciales que le dieron su actual estilo ecléctico, mezclando elementos barrocos y neoclásicos.
Un símbolo de resiliencia

Los muros de más de 1.5 metros de grosor han resistido no solo desastres naturales, sino también eventos históricos clave. Durante la Revolución Liberal de 1871, sirvió como refugio, y en sus criptas yacen restos de figuras como el obispo Francisco Marroquín.
Las 12 campanas de sus torres –cada una con nombre propio– aún repican en festividades como la Semana Santa
Arte sacro y secretos ocultos

En su interior destacan:
- El retablo mayor, tallado en madera y recubierto en oro
- El Cristo Yacente de la Hermandad del Santo Entierro
- Las catacumbas con restos de arzobispos y personalidades coloniales

Hoy, declarada Patrimonio Cultural de la Nación, sigue siendo epicentro de peregrinaciones y turismo. Cada año, miles visitan su Museo de Arte Sacro para admirar piezas coloniales únicas.
Un dato poco conocido: bajo su atrio yace una red de túneles del siglo XVIII, aún inexplorados en su totalidad.
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